No debemos tomar un mensaje o hacer un pedido de la condena en la que ayer hicimos el gobierno de la República, a través del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, ante las agresiones que en los últimos meses contra varios actores políticos, a esa condena debe sumarse partidos políticos y en general toda la población en general porque la violencia no conviene a nadie, al menos no hay nadie que esté en pleno uso de sus facultades mentales.
Si los padres están preocupados por la violencia verbal, ¿qué es eso? señal en contra del clima de la violencia que asola al país que está en lo que resta de las campañas proselitistas toda la clase política que empuja su granito de arena y que hicieran a un lado sus arengas de división y odio entre mexicanos.
La violencia está desacreditada entre grupos criminales, el día con día se enfrenta con ajustes y ajustes entre grupos delincuenciales, es cierto, pero es sumamente preocupante que con motivo de los procesos electorales en ciernes algunos dirigentes comienzan a hablar de más violencia si no es hijo propensiones por los votos y, en un imaginario escenario de derrota, con un mensaje de que se "soltará el Tigre", donde lo previsible es que hablan de grupos vandálicos que se caracterizan por provocar el desorden, cobijados en el anonimato que les da una capucha, un pasamontañas o un pañuelo que les cubre la mayor parte de sus rostros.
En ese contexto de la violencia que sufre el país, seguro que tenga, a las 47 horas de hoy en adelante, a las manos para salir a las calles a protestar por lo que no hay que ganar en las urnas, pero si también lo hacen desde ahora la mayor parte de la población debemos usar para rechazar otra violencia, y aunque aleguen que es por la democracia, lo que hay que hacer es que lo comulguen con esos ideales se han preparado para eso: La confrontación.
En la última semana, hemos recibido malas noticias y esta tiene que ver con la violencia contra la clase política, que hace que este tipo de acciones se asemejan más a los actos de la delincuencia organizada y no a las diferencias de tipo ideológico, por eso nuestra alerta, por eso nuestro temor, por eso debemos cerrar filas por la democracia, por el derecho a ser votado, por el sufragio libre, por la libre manifestación de las ideas, por nuestro amor a México.
Abel Montúfar, aspirante del PRI a una diputación por Guerrero; Adiel Zermann, candidato de PES, PT y Morena a la alcaldía de Tenango del Aire, estado de México, y José Remedios Aguirre, candidato de Morena en Apaseo del Alto, Guanajuato, son algunos de los nombres que con sus muertes han cimbrado a la clase política, y entre la población ha generado miedo y temor, por eso nos sumamos al llamado para que todos juntos se encuentren soluciones a las diferencias políticas, sin agresiones, sin llamados a la violencia.
Señores de la política, no le pongan pretextos a los violentos, asuman su responsabilidad y desde ahora todos juntos busquen salidas democráticas a sus diferentes visiones o proyectos políticos, todos juntos generen confianza para que la ciudadanía en general salga a votar sin temor a ser cuestionados o agredidos, dejen que en plena libertad y estricto apego a su derecho voten, y reconozcan al ganador, porque en democracia se gana o se pierde hasta con un sufragio. Eso es lo deseable el día primero de julio, un día de cordialidad y tranquilidad para las familias, un día de democracia, un día de libertad, eso queremos también en los días previos y después, todo menos violencia.
VA MI RESTO.- Ante la pesadilla de la violencia, nos quedamos con dos tesis, una del prestigiado académico José Woldenberg, de su libro “Violencia y política”, quien la escribió para referirse al conflicto chiapaneco de 1994 pero que la idea es válida para cualquier otro lugar donde hayan expresiones de violencia: “La violencia no es un expediente de la política sino la negación de la política. Atajarla, desactivarla, no concederle ninguna virtud curativa, es una tarea de todos”.
La otra, del libro Rojo: De asesinato político en México, de Clara Guadalupe García, donde al presentar el libro, el jurista Luis de la Barreda Solórzano, señala que la política tiene entre sus objetivos evitar que llegue a una situación social extrema sus vías características: el sufragio, las decisiones parlamentarias, la consulta a los ciudadanos, etcétera, así como, dejar un lado términos como derribar, vencer, derrocar, que de la palabra manera vocablos simbólicos del uso de la violencia. Así, con esa idea, deseando que el primer domingo de mar, un día para hacer política, política y más política, y hasta que yo sepa como veo, doy.
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